me gustan
las calles oscuras
porque alimentan
las falsas esperanzas
de que al atravesarlas
no vaya a suceder
nada.
lo mejor de la noche
es conseguir
volver a casa.
lo peor
es llegar a casa
solo.
la otra noche
me atracó un tipo
que parecía
rehuir la muerte
con escasa
habilidad.
le di cuanto tenía
sin objeción.
a condición,
eso sí,
de que me acompañara
al portal.
prefería a un atracador
antes que a una asesina.
habría sido el crimen
perfecto.
porque la soledad
no deja huellas
de sus actos. |